Tres reporteras de calle, de esas que van y vienen todo el santo día para cubrir los sucesos de la población más importante del Noroeste mexicano, se hacen esa pregunta sobre su hogar: Qué está pasando que en solo una semana han matado a dos periodistas ahí. Viven con miedo pero sin resignación tras los asesinatos de Margarito Martínez y Lourdes Maldonado. Aquí su testimonio y su compromiso de que no van a ceder, de que el temor no las hará callar.