El discurso del sábado 24 de julio, en ocasión del aniversario del natalicio de Simón Bolívar, es por un lado una corrección a la cercanía que López Obrador tuvo con Donald Trump, ofrece ventajas para México al posicionarse como el socio ideal para tener acceso a Estados Unidos y por otra supone una jugada para aprovechar un previsible cambio a la izquierda de otros gobiernos de Latinoamérica, opinan especialistas en La Vespertina